V Congreso Internacional de la Lengua Española. Valparaíso, Chile (América en lengua española

Valparaíso - Chile 2010

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En la presentación en Chile del V Congreso Internacional de la Lengua Española

Discurso de la presidenta de la República de Chile, Michelle Bachelet

Santiago, 11 de julio de 2008

Amigas y amigos:

En primer lugar, gracias a la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel y al director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, por sus hermosas palabras. Efectivamente es un gusto, una gran alegría y un placer escuchar sus hermosos conceptos y sus hermosas palabras. Gracias también a nuestra ministra, Paulina Urrutia y a los directores de las Academias de la Lengua de América y el mundo que hoy día nos acompañan.

Quiero darles la bienvenida a esta Casa de los Presidentes, y como las mujeres a veces tratamos de ser muy precisas, también decimos las presidentas de Chile. Y esa fue una gran discusión, si éramos «la señora presidente» o «la presidenta»; «la señora ministro» o «la ministra». En este país, no sé si la Academia estará de acuerdo o no, lo hemos transformado en «la presidenta?»y en «la ministra».

La verdad que estos muros neoclásicos fueron proyectados por un arquitecto romano, avecindado primero en la España del siglo XVIII y luego en ese apartado rincón. Simbolizan nuestras tradiciones democráticas y republicanas. Cargan también con las tragedias de nuestra historia y albergan páginas luminosas y heroicas.

Pero el primer destino de este palacio fue, como ustedes bien saben, acuñar monedas, una vieja aspiración criolla que solo pudo concretarse hacia 1750. Cuando el dinero acuñado aquí empezó a circular y La Moneda adquirió el nombre con el que la conocemos hasta hoy, los chilenos llevábamos ya muchos años llamándonos chilenos, comiendo porotos, criando a nuestras guaguas –bebés–; cuidando las chauchas –el dinero–; aguachando –o correteando– quiltros –los perros–… Circulaban las palabras como circulan las monedas.

Y aquí se ha mencionado: unas llegarán del norte, del quechua, con las huestes de Almagro, y antes con los chasquis de Tahuantinsuyu. Otras, quiltros, guatas, cahuín, las tomamos de nuestros hermanos mapuches. Otras del aymará o del kunza. Circulaban las palabras, y como las monedas cambiaban de mano, se gastaban, se perdían. Alguien las volvía a descubrir, las pronunciaba de nuevo y regresaban a la vida.

Y llegó el momento en que no nos bastó con acuñar monedas, quisimos también darnos nuestras propias leyes, ser dueños de nuestro destino. Y con la lengua que heredamos de España, convocamos primero un cabildo abierto y declaramos luego nuestra Independencia. Quisimos darnos también un gobierno en el que no sólo la fuerza tuviera un papel. Creamos un parlamento para gobernarnos desde la palabra hecha ley. Y el mismo presidente, bajo cuyo mandato don Andrés Bello creó la Universidad de Chile y redactó el Código Civil, convirtió esta vieja y noble casa en el Palacio de Gobierno de la República.

De modo que vean ustedes, desde los balcones de esta casa, proyectada por un italiano que hablaba español, los pregoneros anuncian las medidas de los virreinatos vecinos, primero, y de la joven República, después. Al frente, en la plaza, el Chile mestizo y diverso escucha, paciente, discute y lentamente construye su protagonismo en un idioma que es hijo de muchos idiomas; en un idioma que, como aquí se ha dicho, se nutre de la vida de todos los días y que está vivo como sus hablantes, y que no cesa de cambiar y de sorprendernos.

En los salones de esta casa, los presidentes —y como ya he dicho, las presidentas de Chile— dicen su palabra, dialogan con los ciudadanos, buscando el itinerario común para hacer posible los sueños de todos. En los salones de esta casa se sienta Rubén Darío a la mesa de José Manuel Balmaceda, gracias a la amistad que le unía a Pedro Balmaceda Toro, el hijo del Presidente. Esta amistad nació, dicho sea de paso, gracias a Ño Bernardino Guajardo, poeta popular: Pedro Balmaceda le dedicó un artículo en la prensa, un artículo que llamó poderosamente la atención de Darío. Y así se conocieron y así nació, de un modo u otro, «Azul y poemas».

En fin, en los salones de esta casa se escribió improvisando y por teléfono uno de los discursos más bellos y poderosos de la historia de Chile, de América y del idioma: «Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde se abrirán las anchas alamedas…».

Estamos, entonces, en esta casa que es también la casa de nuestro idioma común. Los muros y salones de la casa de la lengua común son por cierto más amplios, más difíciles de abarcar, pero nos acogen a todos los que compartimos su legado. Forjado, como aquí también se ha señalado, en el mestizaje y en la hibridación, en la interacción y en la frontera, a un lado y al otro del Atlántico.

Acogen en Chile la épica fundacional de Alonso de Ercilla, la pertinacia normativa de Bello, la amorosa recopilación de lo chileno de nuestros cronistas.

Crecen y estallan con nuestros grandes poetas, con aquellos que llevaron el nombre y la palabra de Chile más allá de los límites de la lengua, como hicieron Gabriela Mistral y Pablo Neruda.

Abren nuevos rumbos con la irrupción de las lenguas ancestrales, desde México a la Patagonia, del mar a la cordillera.

Como nos advirtiera Julio Ortega, en el Tercer Congreso Internacional de la Lengua realizado en Rosario: «El español crece por dentro, deudo endeudado de las hablas nativas».

Nosotros, orgullosos desde siempre de nuestros poetas, hemos empezado a pagar esa deuda hace muy poco, leyendo en mapudungun y español a autores que hace un siglo apenas no habrían encontrado su lugar en el imaginario social.

Por eso nos alegra tanto recibirlos aquí hoy. Por eso nos emociona y nos enorgullece recibir en marzo del 2010 al V Congreso Internacional de la Lengua Española en Valparaíso. Porque estamos seguros que junto con cumplir todos los propósitos que se han fijado, el Instituto Cervantes, la Real Academia de la Lengua Española y el Ministerio de Cultura, será esencialmente una ocasión para seguir creciendo juntos, para seguir soñando y creando juntos.

Muchas gracias.

La historia de los Congresos en CervantesTV
Don Juan Carlos I de España llega a Zacatecas.Imagen de Valparaíso
Valparaíso, sede del V CILE
Imagen de Valparaíso

BREVES

Se inician los preparativos para visita del Rey de España a Chile con motivo del V Congreso Internacional de la Lengua Española

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha entregado la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral al poeta Gonzalo Rojas.

Desde el lunes 9 de noviembre de 2009 están abiertas las inscripciones para participar en el Programa Académico del V Congreso Internacional de la Lengua Española.

Víctor León, secretario ejecutivo del V CILE, y Eugenio Llona, coordinador nacional, visitaron Madrid, para revisar con los representantes del Instituto Cervantes, de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española, todos los preparativos del V Congreso Internacional de la Lengua Española.

La ministra de Cultura de Chile, Paulina Urrutia, acompañada por el director académico del Instituto Cervantes y secretario general del V Congreso Internacional de la Lengua Española, Francisco Moreno Fernández; y Alfredo Matus Olivier, director de la Academia Chilena de la Lengua y secretario académico del V Congreso de la Lengua Española, presentó en julio de 2009 la página electrónica oficial del V CILE en la Universidad Técnica Federico Santa María, sede del mismo.

Especial informativo
de Cervantes TV
sobre el Congreso de Valparaíso

V Congreso Internacional de la Lengua Española. Valparaíso (Chile), 2010.
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